Con el uso del ERP, lo mínimo que puede esperarse es que
los procesos de trabajo se realicen de manera distinta. El ERP genera cambios
en la manera como las personas realizan su trabajo. Pero los cambios en la
forma en que las personas realizan su trabajo es la parte más difícil. Para
disminuir esta problemática, algunos investigadores proponen el uso de
estrategias de implementación de ERP orientadas a la gente, como lo es el
involucramiento de todos los empleados, la capacitación, entre otros; para que
la implementación sea exitosa, hay que saber cómo y qué es lo que las personas
piensan.
En muchos casos, el fracaso de la implementación de un
sistema ERP se debe a que después de haber adquirido el software, deben hacerse
mejoras considerables para ajustarlo a las necesidades de la compañía, lo cual
ocasiona desventajas, ya que la duración de la implementación del sistema se
prolongará más del tiempo inicialmente proyectado, se introducirán vacíos
(bugs) peligrosos dentro del sistema, lo que ocasionará deficiencias en su
ejecución, las futuras actualizaciones del software por parte del proveedor del
ERP serán extremadamente difíciles, debido a que ya se encuentra personalizado
el software del cliente que hizo las modificaciones, y las actualizaciones
requerirán trabajo extra y reescritura del código fuente con el fin de
ajustarlo a la nueva versión.